ES EL HUMO DEL CIGARRILLO EL QUE ME HACE LLORAR

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LA GITANA, “Es más lento que la expansión del Universo”

LA PELOS, ”Pasa de $24,000; si no, ¡divorcio!”

En un tiempo pre-apocalíptico al que vivimos, aquel en el que los niños podían fumar y Humphrey Bogart era un sex symbol, el mundo era por cosas como esas un lugar en el que valía la pena vivir… En pocas palabras, en una época en la que la gente te dejaba fumar, todos eramos más felices. El equipo de Aretes de Tacón te va a decir por qué debemos regresar en el tiempo.

Si tu eres de aquellos que todavía confían en la democracia, sales a correr todas las mañanas, reciclas y tienes tendencias homosexuales veladas por tu traje de Suburbia, es decir, un pendejo políticamente correcto, queremos decirte que: ¡te odiamos! (¡Vas bien!) Te preguntarás por qué te odiamos, si tu mami y tus compañeros de trabajo te alaban por el buen estilo de vida que llevas. Te odiamos, porque representas todas aquellas políticas públicas que se han encargado de llevar a la mierda nuestra vida.

Recordarán toda esta campaña en contra de las adicciones, cada uno de esos spots de la Secretaría de Salud, esos en la que te convencen de todas las horribles enfermedades que causa fumar tabaco, desde el enfisema pulmonar, pasando por el labio leporino, el súper-SIDA, hasta llegar a la decadencia moral, sin olvidar que te aseguran que morirás quince años antes de lo que debes. ¡Sí, no se hagan, ustedes saben de lo que les estamos hablando! Quizá los han convencido de que deben llevar una vida alejada del asqueroso vicio de fumar, aún cuando seguramente se han dado cuenta (si no, ¡que estúpidos!) de las falacias y sus perversiones en las que se sustentan para convencerlos, como la seguridad de que vas a morir quince años antes: desconocemos cuándo las Moiras cortarán el hilo de nuestra existencia, aunque aparentemente ellos tienen alguna especie de contacto con el Yisus o una piedra vidente como la que tenía Saruman.

¡Dejen de echarle la culpa al cigarro porque sus niños les salen feos y con labio leporino! Y como diría el filósofo de la radio, esa voz aterciopelada que se las mete por el oído, Toño Esquinca: “El cigarro no mata, lo que mata es la ignorancia”

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Como efecto secundario a todas estas políticas, ha surgido una clase de sujetos que creen poseer una especie de batuta moral, misma que les permite señalar con el dedo a todos los que fumamos, como si fuéramos los culpables de todos los males que aquejan al mundo, además de justificar su sentimiento de ofendidos ante la presencia de un fumador. Y como respuesta a ello, los de Aretes de Tacón estamos juntando fondos para meterlos a todos en un buque petrolero y mandarlos a Somalia (si gustas cooperar en la cuenta del Banco Nacional Pirata Somalí es: MÁTENLOSATODOS 9999).

Siendo honestos, los fumadores somos ateos, promiscuos, comunistas, judío-ninjas, negros argentinos, psicoanalistas homo-nazis, pedófilos mataviejitas, pero, que quede claro de una vez por todas: ¡NO TENEMOS LABIO LEPORINO!

Te podrás dar cuenta de que ser fumador es mucho más divertido que ser un marica no-fumador, así que, el comité editorial de Aretes de Tacón te recomienda fumar.

3 comentarios en “ES EL HUMO DEL CIGARRILLO EL QUE ME HACE LLORAR

  1. Aarón

    jejeje de hecho el labio leporino lo causan los pesticidas que usan para el cultivo del tabaco, no el tabaco en sí y le suele ocurrir a los agricultores que están en contacto con los mismos.

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